lunes, 30 de abril de 2018

Scratch

2. Valoración del programa

Scratch es un programador online capaz de crear animaciones elementales y a través de una interfaz muy sencilla de comprender. Esta vez ha sido la primera que he usado el Scratch pero no por ello me ha causado una mala impresión. Primeramente, si es cierto que fui un poco crítico pero todo se debía a que no sabía muy bien como funcionaba.

No necesita leyenda.
Con el paso de las sesiones fui desenredando los enigmas del perrito del Scratch, fui sabiendo cómo funcionaba aquello de las condiciones, los bucles, los disfraces... y desde entonces solo sé deshacerme en elogios cuando hablo acerca de la copia barata de Cobi, mascota de los Juegos Olímpico de Barcelona 1992. 

Si no falto en ningún momento a la verdad, Scratch ofrece un acabado bastante lejano a lo profesional. Si se desea hacer algo serio, mejor acude a otro lugar. No obstante, hace las veces de magnífica introducción. Scratch puede perfectamente ser el primer paso de un camino acompañado por la Diosa programación y quizás sea necesario pasar por Scratch para comprender el funcionamiento de ese otro programa que sí ofrece un acabado digno.

 
3. Valoración del trabajo propuesto

Fotograma del vídeo de la despedida.
En este proyecto me he quedado con las ganas, y muy posiblemente haya sido por el vídeo éste de la graduación, pero ello no quita esta sensación. Primeramente quise acabar bien el juego del tenis, pero no pude hacerlo por la aumulación de ejercicios. Luego quise, también, acabar bien el laberinto, pero el vídeo de la graduación me lo impidió. Por último, quería crear un juego "propio" con el Scratch pero... no ha habido tiempo.

Quizás, diría, que para mejorar algo de por sí bueno, necesitaríamos menos ejercicios o más tiempo. Tanto mi sensanción como la de mis compañeros es que podíamos haber adornado los ejercicios. No obstante, habiéndome perdido una parte importante del proyecto, no creo que sea el más indicado para emitir un juicio de valor.


4. Diario de Sesiones

bibidi babidi bum
Como ya dije anteriormente lo de antes son pijaditas del Proffesor Frink, la entrada de blog es entrada a partir del diario de sesiones, por ello, empiezo ahora la última entrada de la historia de los blogs. A falta, claro está, de que el inglés y yo nos entendamos y Amparo Martínez haga magia potagia con las notas y de que no haya una mayúscula catástrofe con la terrorífica amalgama que literatura, sintaxis y comentario de texto forman. No obstante, soy optimista y juraría que esta va a ser mi última entrada de la historia de los blogs. Contened las lágrimas, por favor.

Cosas como éstas tenían que salir.
El caso es que mi aventura con Scratch empezó en tiempo inmemorables. Bueno, éso de inmemorables quizás sobra. Mi aventura con el Scratch echó a andar en Febrero, de este año. Por aquel entonces, yo me ponía guapo para hacerme la foto de la orla, que aún no nos han entregado (pa mi que nos han timao.), me ajustaba la mítica casaca del decano del fútbol valenciano para ver como Mister Smith cogido de la mano de Medié Jiménez nos atracaban a punta de pistola en la cueva de rates penades que los inquilinos de la escombrera de la Avenida de las Cortes Valencianas tiene la vergüenza de llamarla Estadio de Mestalla, por aquel entonces, estudiaba como una mala bestia (Jajajajajajaja, ésto no hay quien se lo crea) por los segundos exámenes finales de Segundo de Bachillerato, los quintos de mi vida, por aquel entonces, hacía unos dibujos, oye, preciosos, por aquel entonces, también le dije a mi madre que estaba bien desde distintos puntos de la península Apenina, y también por aquel entonces, portaba en mi cabeza la idea de un aplicación para el móvil que cambiaría el mundo pero que por motivos de seguridad no desvelaré (ya he sido objeto del hurto deliberado de otras grandes ideas y no quiero que me pase lo mismo con ésto). No obstante, sí desvelé esta idea a Ricardo;, y me dijo: "En la tercera evaluación veremos un programa que puede introducirte en este mundo"

Desde aquella palabras de quien dice ser físico, vivía mi vida pendiente del reloj. Esperaba a que se hiciera la hora de la tercera evaluación. Primero, contaba del 1 al 10, luego del 10 al 20, del 20 al 30, y así sucesivamente, y cuando llegaba a 60, volvía a empezar. En el momento en que llegaba sesenta veces a 60, llevaba una hora y cuando repetía ésto último veinticuatro veces llevaba 1 día. No miento: desde aquel día de Febrero hasta la tercera evaluación estuve contando todos los segundos, no dejé de contar ninguno. Aquel día de Febrero ya era tercera evaluación.

(Acabo de recordar que aquella conversación con Ricardo; tuvo lugar en el mes de Noviembre y no en Febrero como creía. No obstante, Nacho Montoliu está de testigo, no borro un ejercicio por muy mal que esté y ésto no va a ser un excepción. Además me ha quedado demasiado bonito como para borrarlo.)

ClassCraft mola.
En la primera clase de Scratch, a Ricardo; le invadieron las dudas: "¿Y ahora que hago con ClassCraft? Ya no estáis por grupos." "¡Cómo si éso fuera un problema!" dijimos nosotros. Lo cierto, Ricardo;, es que si te quería librar de hacer evento todos los días aquella no fue una buena estrategia. Esperaba más de ti.

Los primeros días en Scratch fue como cuando escuchas una buena canción por primera vez. Al principio le "ves cosetes" que diría aquel, pero aún así no acaba de convencerte del todo. Veía muchas cosas interesantes pero como aún no entendía el Scratch en su globalidad, no me gustaba al 100%. Con el paso de los días y las actividades acabe enamorándome del programa y todo fue porque fui entendiendo cómo funcionaba. Como en una canción, realmente te gusta cuando ya la has escuchado diez veces.

Taburete o plomo
Durante estos primeros días hubo sucesos que no puedo pasar alto en ningún caso. Yo ya estaba habituado a trabajar en clase de Informática sobre un taburete. Los primeros días resultaba un poco incómodo, pero luego, ese aire de bar y sobretodo ese refuerzo de metal que sobre las patas descansa y que se sitúa a la altura del pie cuando se flexiona la pierna, acabó por empujarme a la moda del taburete. Ahora mismo escribo con el pie apoyado en la barra de la que os hablo. Desde aquel día soy un tabureterer más. Estoy a nada de plantar un taburete bajo mi mesa de clase, me falta valor y tiempo para hacerlo. En menos de un mes pico suela.

Cuando ya me hube convertido en un tabureterer acérrimo, cuando ya iba al estadio a animar al Taburete Unión Deportiva, cuando ya estaba dispuesto a lanzar la primera piedra en la guerra que a las sillas y a los taburetes enfrentaría, entré en clase de Informática, como todos los días, y, bajo mi mesa, había una silla. Mi taburete había desaparecido. Lo habían sustituido por una silla. Lloré. A pocos metros de la silla y sobre mi taburete Pepa Bueno reía como una descosida (para colmo). "¿Dónde está mi taburete?" (Aunque sabía perfectamente era el de Pepa) "Ay es que (bla, bla, bla, bla, bla) ¿Lo quieres?" "No, no hace falta. Ya aparecerás en el blog." y aquí está. Pero, lo que he efectuado en las últimas clases de informática ha sido un ejemplar ejercicio de constancia (mi abuela). Nunca dejé de creer. Persistí. Y ahora recibo mi merecida recompensa. Hallome escribiendo sobre mi preciado taburete.

Pedazo de juego.
El día que con el Scratch y con la inestimable ayuda de Ricardo; pude crear el juego del tenis, supuso la pedida de mano a la señora Scratch. El sueño se ha había cumplido. Soy de Scratch desde pequeñito. Había creado un juego para el ordenador y funcionaba, no muy bien, pero funcionaba. Locurote. Intenté posteriormente colocarle un marcador y demás con sus juegos y sus sets, pero el tiempo apremiaba. Segundo de Bachiller avanza sin esperar a nadie, Informática también. Había que hacer otro ejercicio y el tenis se quedó a medias. Después de la pedida de mano, hace pocos días me casé con Scratch y ya tengo varios hijos en común, bastardos todos ellos (también estoy casado con la señora cagazo: Ay de "Ay con el Dépor").

Inspirada en el Happy Acquarium.
Uno de los ejercicios que más me marcó fue el de la pecera, estuve una clase entera dedicándole todo mi esmero. Cree una pecera propia, el Scratch es lo más parecido Paint que hay en Linux y había que disfrutarlo. Aproveché que soy miembro de los Ultras D.T. para poner en práctica los conocimientos adquiridos acerca de la perspectiva axonométrica, y fue un éxitazo. Lo pinté de distintos colores un poquito por aquí otro y poquito por allá y TACATÁ, ya tenía mi fondo hecho. Añadí un par de peces y cree una serie de "líneas de código" para que los pobrecitos de los peces tuvieran un poco de libre albedrío. Puse un altavoz dentro de la pecera que tiraba burbujas de aire y, por último, le di a guardar mil millones de veces. Al día siguiente nada de lo que hube guardado seguía estando. Los chavales de Avatar siguen haciendo de las suyas en mi ordenador. Resulta cuanto menos curioso que un teniente próximo a Benito Mussolini guardara en un caja de zapatos la Copa Mundial robada de 1938 durante toda la Segunda Guerra Mundial y que ésta permaneciera lejos de la alcance de las manos de Adolfo, pero que en cambio, dándole a guardar mil millones de veces, el proyecto del Scratch desaparezca de un día para otro de mi ordenador de clase. La única explicación que encuentro es que Avatar no existía en los tiempos del Adolfo-Benito.

Un laberinto inacabado.
Estaba yo un día, tan ricamente, haciendo otro ejercicio de Scratch, el del laberinto concretamente. Ricardo;, no me permitió coger un fondo del comecocos "porque éso no es un laberinto", pero sí que se lo permitió a Johnny Enrique Salvatierra, ojito al doble rasero. Por cual, decidí crear yo mi propio laberinto, al igual que hice con la pecera, porque el Scratch es lo más parecido Paint que hay en Linux y había que disfrutarlo. Cuando la primera clase ya estaba agonizando, ya había puesto el marcador, había penalizado tocar los bordes y había puntuado tocar las estrellas, pero el Scratch sumaba puntuación a lo bestia por lo que era normal acabar el laberinto con 5864 puntos. Planee arreglar aquello y colocar un cronometro (que lo coloqué pero sin punto final), pero por aquel tiempo, miré el calendario de clase y me percaté de que quedaba pocas semanas: Había que hacer un vídeo de la graduación. Hablé con David y me dijo: "Pídele a Ricardo las horas de Informática para hacerlo". Ricardo; accedió.

Me dejé a medias el laberinto, como también me dejé a medias el tenis y me dediqué junto a Nuria Sánchez y la acoplada de Laura Garrigues a filmar el vídeo. El vídeo consistía en hacer un time-lapse de un recorrido por el colegio, los profesores irían apareciendo entre fotograma y fotograma en el sitio correspondiente, de forma que se diera el efecto de que forman parte del time-lapse. La fotografía de cada profesor iría acompañada de un grabación por audio de su frase célebre y de un mensaje que quedaría escrito en una pizarra con la cual posarían para la foto. A nivel técnico el vídeo está por debajo de mis expectativas, pero en el plano emocional lo esperaba mucho peor.

Quizás este bajo nivel técnico, se debiera, en primer lugar, a nuestra poca experiencia y poca profesionalidad y, en segundo lugar, al material utilizado, pues un silla con ruedas que no giraba muy bien y un taburete roto del taller de Tecnología era nuestro trípode. En aquella ocasión completamos el recorrido mientras yo empujaba la silla, Nuria hacía fotos y Laura... procuraba que... ¿la cámara no se cayera?. Aquel primer día fotografíamos el recorrido, con el consiguiente chascarrillo de José Francisco al pasar por su clase, tan evidente como poco original: "Los de Segundo de Bachiller no hacéis nada". También conseguimos grabar la voz de Sor Rosario. Era el último día antes de Pascua.

A la vuelta de las fiestas comenzamos a arrastrar a los profesores, esta vez, tras la pizarra. Primero Noelia Espert, luego Carol Bernabé, que no pusieron demasiados problemas y escribiendo la frase en un tiempo corriente, normal y lógico, será porque son de letras. Fuímos a por Juan Ignacio Montoliu y aquí empezaron las pegas, será por que es 100tifiko: "Es que no tengo nada pensado, es que no sé qué, es que..., es que..." (Léase dónde hay puntos suspensivos escusas baratas). No obstante, sí que tuvo inspiración para hacer un poco el canelo, que eso le encanta. Carmen Marcos, no puso demasiada resistencia, también de letras. Alejandro, el headmaster, no se le ocurría nada, y este tío es de letras. Decidimos: "Te buscamos mañana", frase estrella sin duda de este proyecto. Rosa Ferrer, aunque nos costó un poco, lo hizo todo el mismo día.

Ningún profesor puso ningún impedimento a su frase célebre, si ya les costaba escribir un mensaje... imagino que pasaban de pensar una frase que repiten mucho. Aurora Novella, David Serra, María Enguix y Mercedes Andreu, fueron las siguientes (Sí David, las siguientes.) Curiosamente, no tuvimos que quedar con ninguna de ellas para otro día y todas lo hicieron en su debido momento, será por que son de letras (Sí David, Química no puede considerarse una ciencia.).

Al día siguiente fue el turno de Verónica, Alba Falcón, Manolo Feases, José Francisco Samper y Octavio Palomares. (Queremos agradecer a Alba que hiciera guardia en la clase de los tres últimos profesores). Con Manolo y sobretodo, con JF implantamos la nueva moda de las frases célebres, ya no solo era una. José Francisco puso "Ser felices" en vez de sed felices, afortunadamente mi hermano, Pepete Valero, pudo corregirlo con el PhotoShop.

Los profesores se acababan y los que quedaban ya debían ser por eliminación. No obstante, Alejandro y Nacho Montoliu seguían huyendo de nosotros. Pudimos rescatar a Alejandro de su clase en Primero de Bachiller 100tifiko en una jugada maestra para el recuerdo. Nacho Montoliu tuvo que esperar su turno en una sesión en la que también grabamos a Boro, a Ricardo;, a Julián y a Ana Pepiol que el día anterior nos hubo dado calabazas. Acompañamos el sector del vídeo de Julián con la música de viento de Titanic.

Dude por un tiempo porque no sabía que velocidad de frames sería la mejor, si dos por segundo o cuatro. Me decanté finalmente por cuatro porque no iba tan a golpes. Monté el vídeo del todo justo antes de que el Levante Unión Deportiva se exhibiera ante el Sevilla Fútbol Club en el Ciutat de València, y en aquella ocasión me percaté de algunos fallos que aún esperan a ser corregidos: a Ana no se le oía bien, David y Nacho necesitaban más tiempo y a José Francisco había que bajarle un poco el volumen de la música. El último día de proyecto grabamos a Nacho Torán, a Maite Serra y a Maria Ángeles Puerto para cerrar el vídeo, no obstante, como los fallos anteriormente citados, aún esperan a ser incluidos.

(Me gustaría destacar que en un examen de Matemáticas incluí un pequeño aparte dedicado al conde de L'Hôpital pero la nueva de Mates parece ser una boca-chanclas y Ricardo; se enteró interrumpiéndome en aquella clase de informática, parecía pedirme explicaciones: "¿Por qué a ella sí y a mi no?". También, en aquella misma clase, Ricardo; bastante impertinente en aquella ocasión, me tomó prestado el ordenador para enseñarle a Elia a usar Kazam.)

Bueno chiquitines ésto se acaba, ya he puesto las fotos y todo éso. Sé que Ricardo; me va a decir algo así como: "Has puestos pocas fotos", pero si soy sincero, no recuerdo ninguna entrada en la que haya puesto las suficientes. Como intentar salir de un agujero negro. Me he reservado hasta el último momento como era de esperar. Es domingo por la tarde y el plazo de entrega acaba en unas horas, pero estaba claro que lo iba a entregar sobre esta hora cuando Ricardo;, el lunes, nos dio de plazo hasta el domingo por la noche. Estaba clarísimo. He entrado aquí para poner las fotos y escribir ésto, pero, cuando estaba encendiendo el ordenador he cruzado los dedos para no tener que soportar el calvario de anteriores entregas (Véase en el pequeño aparte de la entrada de Febrero) y, afortunadamente, he escapado vivo de entre las garras del cabezón de Blogger. Como ya he dicho, estamos a Domingo, ayer fue Eurovisión: Italia llevó la mejor canción, Chequia debió haber ganado, pero acabó ganando Israel que no me gustó res de res. España, nada nuevo. En pocas horas, los indomables del Pelao de Silla tienen la oportunidad de ganarle a un Barcelona sin Messi, ojalá esta noche quede para el recuerdo. Y mientras tanto, yo pongo el punto final a la historia de esta saga de blogs. Recuerdo aún cuando en cuarto de la ESO, al preguntarle al Ricardo que tal estaba mi diario de sesiones, me dijo: "Demasiado corto". La verdad es que en aquel momento no sabía qué más poner y sigo sin saberlo. En las siguientes entradas tampoco sabía cómo cumplir con las exigencias de Ricardo; que además de pedirme más texto, pedía más fotos, hay cosas que nunca cambian. El blog de Informática era una piedra en una mochila que en cuarto de la ESO pesaba solo un poco. Hasta que llegó Primero de Bachiller y entonces decidí que en el blog de informática iba a contar mis movidas. Lo cierto es que ésto ha ido derivando en algo que no se parece mucho a una entrada de blog de un clase de infromática, de hecho, sigo teniendo pesadillas con que algún día el Professor Frink me diga algo así como: "Es que Nacho, no te puedo ni aprobar. No hablas nada del proyecto" pero el caso es que ésto ya es la última entrada y hasta hoy no he recibido la temida frase. A raíz de empezar a contar mis movida por aquí, también decidí desempolvar Grada Central Alta (ya expliqué que con solo ésto no me quedo a gusto) para ya sí poder contar lo que yo quisiera sin ningún tipo de miedo. El año que viene no creo que mi profesor de Informática me obligue a escribir diarios de sesiones en un blog por lo menos una vez cada trimestre, pero sí que me gustaría continuar contando mis cosas en Grada Central Alta, porque ya he tomado el hábito y para no faltar a la verdad, no está nada mal. Ea, un besito y un abrazo. Cuidaros y hasta siempre.

Todos los ejercicios empiezan pulsando la tecla 0, si en algún momento del proyecto no pasa nada, pulsa el 1, si pasado un tiempo deja de haber actividad, pulsa el 2 y así sucesivamente.
(Este último no me dejo acabarlo Ricardo)

1 comentario:

  1. "Es que Nacho, no te puedo ni aprobar. No hablas nada del proyecto"
    Y encima ni 4 imagenes bien hechas del trabajo en clase.
    Bufff

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